Una persona honorable es ganadora

Tenemos cuidado de ser honorables ante el Señor, pero también queremos que todos los demás vean que somos honorables. 2 Corintios 8:21 NTV

Una persona honorable es ganadora. No me refiero a competencias, sino a relaciones. Una persona que es considerada honorable gana amistades, fortalece relaciones, obtiene fama. Esto es porque sus comportamientos son honestos, justos y correctos. Evidencia no tener dobles intenciones y esto logra ganar el respeto y el cariño de los demás.

Cuando vemos a Jesús como nuestro ejemplo la biblia nos dice que desde niño él crecía en estatura, en sabiduría y en buena estima de Dios y de las personas. El crecimiento natural iba acompañado del crecimiento intelectual pero era importante su desarrollo como persona de bien, esto es profundizar las buenas relaciones primeramente con Dios y luego con todas las personas. Porque muchas veces nos quedamos en la necesidad de tener una buena relación con Dios, sin importarnos mucho las personas. Parece más fácil, pero si no somos capaz de amar y respetar a quienes vemos, es raro que creamos poder hacerlo con alguien a quien no vemos.

Pero tampoco debemos caer en el otro extremo en donde buscamos el favor y la fama ante las personas, pero le damos la espalda a Dios. Muchos prefieren “quedar bien” ante las personas antes de hacer lo correcto ante Dios. Por eso necesitamos entender que ambas relaciones son importantes. Dios primero y luego las personas.

¿Cómo podemos ser honorables? Proverbios 3:3-4 nos da la clave: “No abandones nunca el amor y la verdad; llévalos contigo como un collar. Grábatelos en la mente, y tendrás el favor y el aprecio de Dios y de los hombres.”

Si quieres ser un ganador, sé completamente honorable.

A quién iremos.