Apasionado

Pues a ustedes se les dio no solo el privilegio de confiar en Cristo sino también el privilegio de sufrir por él. Filipenses 1:29 NTV

¿Por qué sufrimos? El manejo del sufrimiento nos lleva a todas las personas a tomar decisiones constantemente. Queremos evitar el sufrimiento. E incluso muchos adoptan ideologías que proponen algo ilógico: una vida sin sufrimientos. Esto es un error pues una vida sin sufrimientos es una irrealidad. Y muchos se desilusionan al acercarse a Jesús y seguir teniendo sufrimientos.

El sufrimiento es parte natural de nuestras vidas ya que tenemos sentidos y tenemos estados de ánimo. Mientras estés vivo vas a sufrir. Esto si es más real.

“Sufrir o no sufrir”, esa no es la cuestión. La verdadera pregunta que tiene que haber en nuestro interior es: ¿por qué o por quién vamos a sufrir? A eso lo denominamos PASIÓN.

La palabra pasión viene de la misma raíz etimológica de las palabra sufrir o sentir. La pasión es el apetito que tenemos por algo o la preferencia sobre una persona. La pasión logra que nuestro ánimo se vea influenciado. La palabra pasión es mejor vista que la palabra sufrimiento pero en realidad estamos hablando de lo mismo. Hablamos de pasión por un equipo de fútbol o por una persona amada pero en realidad estamos dispuestos a sufrir por esa causa.

Entonces te pregunto: ¿Cuál es tu pasión? ¿en qué medida puede alterar tu estado de ánimo? ¿qué estás dispuesto a resignar por su causa?

Y déjame hacerte una última y quizás la mejor pregunta del dia. ¿Jesús puede convertirse en esa pasión ardiendo en tu vida?

Filipenses 1:29 dice que tenemos el privilegio de creer en Él, eso nos hace Hijo de Dios. Pero agrega otro privilegio y es sufrir por su causa. Sentir lo que Dios siente es estar alegres cuando algo le agrada pero tambien llorar cuando Él se entristece. Eso nos hace apasionado por Dios.