Necesitamos tener paciencia

Por lo tanto, no pierdan la confianza, que lleva consigo una gran recompensa. Lo que ustedes necesitan es tener paciencia; para que, una vez que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido darnos. Hebreos 10:35‭-‬36 RVC Hay dos tipos de carreras en atletismo. Están las carreras llamadas de "velocidad" y las otras son de "resistencia". Obviamente en ambas carreras es necesario de velocidad y resistencia para llegar primero y ganar, pero lo que las diferencia es que cada una le da más importancia a la velocidad o a la resistencia respectivamente. El trayecto también es diferente. En las carreras de velocidad los metros son muy pocos y por lo tanto se puede exigir el cuerpo al máximo para llegar lo más rápido posible a la meta. En cambio en la carrera de resistencia es tanta la cantidad de metros por recorrer que es necesario que el cuerpo mantenga un ritmo constante para poder terminarla bien. La vida puede considerarse una gran carrera y a la vez puede estar llena de "carreras". Ya mismo el comienzo de la vida incluyó una carrera de millones de células reproductivas para dar inicio a la fecundación. Pero el error que solemos cometer es en enfocarnos más en las carreras de velocidad que en las de resistencia. Preferimos lo simple y rápido que aquello que demanda más tiempo. Nos aburrimos demasiado rápido y la rutina parece ser nuestra peor enemiga. Queremos siempre ver la línea de meta a la vista y "vivir corriendo" para alcanzarlo. Pero si bien la rapidez es buena y alcanzar nuestras metas también. Debemos aprender a correr la "otra" carrera. Esa a la cual no vemos el resultado pronto, la cual no sabemos cuando termina, la que nos va quitando las energías pero que nos demanda renovarnos. Y para ello necesitamos tener paciencia. La biblia dice que la necesitamos, pero estoy seguro de que no hizo falta abrir la biblia para darnos cuenta que nos falta paciencia. Pero no quiero quedarme en esto. Quiero que veamos por qué necesitamos paciencia. El apóstol Pablo escribió que hay dos claves para recibir todo lo que Dios prometió darnos (y son demasiadas cosas). Una de ellas es hacer Su voluntad, lo que Dios determinó y ordenó que cumplieramos. Y la otra clave es tener paciencia mientras cumplimos la primer clave. Es decir que los milagros y las bendiciones que Dios hace en nuestras vidas ocurren cuando mezclamos los ingredientes de hacer Su voluntad y teniendo paciencia. No le pidas a Dios paciencia. Aprende a tener paciencia para poder obtener todo lo que Dios te va a dar. A quién iremos.