Relatos corruptos
- carlonatanaelpardo
- 14 jun 2019
- 2 Min. de lectura
Ocupen la mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra;
Colosenses 3:2 RVA 2015
Estamos en una sociedad hiperconectada. Continuamente estamos expuestos a información que supera nuestra capacidad de asimilarlo. Esta información se acumula en nuestra mente y da a origen a pensamientos que determinan nuestro modo de actuar.
Quiere decir que los relatos que nos alimentan a diario a través de la TV, el celular o las amistades llegan a formar nuestras maneras de vivir. Y muchas veces las condiciones de vida que se forman no son buenas. Pleitos, peleas, contiendas, egoísmos y violencia se apropian de nuestra sociedad. Y todo eso por promocionar relatos de ese tipo.
Por ello las escrituras nos aconsejan a que cuidemos nuestra mente y corazón. Debemos filtra los relatos y experiencias en nuestra mente. El ideal es llenar nuestra mente de pensamientos relacionados a Dios, pues de lo contrario vamos a llenar esa mente de relatos corruptos. En otras palabras el autor nos dice "concentrarse más en las cosas espirituales que las cosas cotidianas".
Cuando una persona dedica más de su tiempo a llenarse de relatos de politica, economia, deportes, chismes o críticas va a convertirse en eso que habla y pierde tiempo de su vida en cosas vacías. El hombre más sabio del mundo escribió que al final todo aquello a lo que le daba importancia en la tierra era algo vano. La vanidad se disfraza perfectamente en cosas agradables para nuestras vidas pero todo resulta ser un engaño.
Para ser libres de ese engaño y poder vivir una vida con calidad necesitamos mirar más el cielo. Y el cielo también es el corazón de Dios. Para saber qué piensa Dios vean Filipenses 4:8
"Por último, piensen en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo recto, todo lo puro, todo lo que es bello, todo lo que es elogiable, todo lo que en verdad es digno de alabanza."
A quién iremos.

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